Ya llega ese momento en el que
hemos sido capaces de realizar las iteraciones de nuestro ciclo ADM con el
objetivo de definir nuestra arquitectura. Hemos dedicado mucho trabajo, pasado
ciertas adversidades, pero ya estamos cerca de empezar a tener resultados.
Entre medias, hemos sido capaces
de identificar y poner en marcha una serie de quick wins para gestionar la motivación
organizativa y la confianza en el proyecto de Enterprise Architecture. Aunque
siempre se espera algo más, lo importante es avanzar, que la rueda de molino se
ponga en marcha y no desviarnos del objetivo principal del proyecto. Hemos
identificado un conjunto de mejoras tecnológicas, operativas y de proceso, de
manera aislada en nuestras arquitecturas de negocio, de sistemas de información
y tecnológicas, y llega el momento de poner todo el orden.
Debemos entender nuestras
limitaciones y capacidades y definir un roadmap viable, inteligente, que identifique
las dependencias entre unas iniciativas y otras, pero que, al mismo tiempo, busque la obtención de
resultados y la creación de nuestra infraestructura en los tres niveles de
arquitectura. Usemos fotos estáticas de evolución para definir objetivos
intermedios, ya que podemos ahogarnos con tanto proyecto e iniciativa. Establezcamos
los recursos necesarios, inversiones y responsabilidades y, sobre todo, no nos
olvidemos de crear el Plan de Implementación y su gobierno.
Desde el punto de vista de este
pequeño foro entendemos el Plan de Implementación como un gran programa
compuesto por otros programas, proyectos e iniciativas repartidos en el tiempo.
No es de extrañar que resulten Planes de Implementación a tres, cinco o más
años con cientos de iniciativas. Cada organización, en base a sus capacidades y
estrategia definirá ese marco temporal. El gobierno y seguimiento de la
implantación es clave para la puesta en marcha. Anteriormente habíamos hablado
de que las compañías están vivas, así como su estrategia y su Arquitectura
Empresarial, por lo que tendremos que dedicar esfuerzos y articular mecanismos
a la gestión de todos estos cambios.
Al fin y al cabo estamos fijando
la estructura de nuestra organización, y cubriéndola de ladrillos firmes y
consistentes que soportarán nuestra estrategia de negocio durante los próximos
años.
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